Por Rubén Moreira
La muerte de 52 civiles dentro de un casino en Monterrey, después de que hombres armados rociaron gasolina y prendieron fuego, demuestra la barbarie con la que siguen actuando los carteles de la droga en México. La declaratoria de guerra que los narcos le hicieron al Estado ha tocado a la población civil. La respuesta tiene que ser firme y de toda la comunidad internacional.
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