sábado, 27 de agosto de 2011

Humberto Moreira : Radiodifusoras Noche de pasión libresca

Por Humberto Moreira

“Disculpe, ¿el de Agosto, de Rubem Fonseca?”, preguntó Angélica Hernández, una joven recién egresada de la universidad. Un chico de camisa roja con la estampa de la librería le indicó dónde se encontraba el libro y demás obras del autor brasileño. “En la escuela me lo recomendaron. El maestro de Literatura nos pidió un análisis del escritor, pero en ese entonces no tenía dinero para comprarlo. Al final terminé leyendo otro porque no lo conseguí”. 

Angélica se llevó Agosto, que con 35% de descuento, le costó 162.50 pesos. El pensamiento Náhuatl cifrado por los calendarios, de Laurette Séjorné (Editorial Siglo XXI), se atravesó en su camino, también con una buena oferta; Rubem Fonsenca tendrá que esperar nuevamente. 

Como si fuera el sorteo de una residencia o de un coche último modelo, cientos de personas: niños, adolescentes, amas de casa y profesionistas, de diversas edades –algunos más que nerviosos que otros- esperaban escuchar su nombre como ganadores de los libros que también la noche del jueves fueron regalados en la Venta Nocturna de la Joseluisa, como se conoce a la librería José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica (FCE), ahí en avenida Chaputepec.

Tanto a través de Facebook y Twitter, como por radiodifusoras locales y nacionales, lectores (asiduos y espontáneos) de la Zona Metropolitana de Guadalajara se enteraron de las actividades especiales que el FCE realizaría en todas sus librerías del país, con descuentos que alcanzaban hasta 40% de algunas editoriales como Anagrama. 

Por la mañana y hasta las 16:00 horas, la “Joseluisa” presentaba una asistencia normal. De seis a 10 personas curioseaban entre los pasillos, tomando libros casi al azar, los de portada y título más llamativos –quizás-; un vistazo y eran colocados de regreso en su lugar. Otros no husmeaban entre las novedades, preguntaban por libros y autores específicos a la docena de encargados y auxiliares del FCE. 

¿Que no hay lectores?
La coordinadora de Actividades Culturales de la “Joseluisa”, Karla Sandomingo, se mostró entusiasmada ante la respuesta de los lectores. Con micrófono en mano invitaba a la gente a seguir buscando libros y a participar en los sorteos siendo casi las 23:00 horas de ese maratónico jueves. En parejas, grupos y personas solas, las bolsas rojas distinguían a la salida a quienes habían hecho su feliz compra. Por lo visto, cada lector se llevaba un mínimo de tres obras. 

“Todo el día ha estado lleno. ¿Dicen que la gente no quiere leer?, bueno, aquí tenemos una fila (de como 20 personas) y son las 11 de la noche. Hemos tenido un tráfico de lectores constante. Las editoriales se pusieron de modo hasta con 30 ó 40% de descuento”, explicó Sandomingo. Efectivamente, Ediciones Siruela estaba hasta con 35% de descuento, El Colegio de México con 40%, Editorial Phaidón con 30% y Alfaguara con títulos de 99 pesos con 20% de descuento adicional, con excepción en las novedades, como se marca en el artículo 26 de la Ley de Fomento para Lectura y el Libro, sobre el precio de portada. El precio de éstas es único en todo el país. 

Todavía hacia el cierre, en la Joseluisa había unas 50 personas, que apuradas por encontrar “algo bueno” removían las pilas de libros antes de que el reloj marcara la medianoche, cuando terminó la venta. 

 “Hay que aprovechar”
Angélica Gutiérrez Fonseca, maestra jubilada de la Universidad de Guadalajara y fiel lectora y consumidora de los títulos que ofrece la librería del FCE, considera que este tipo de “eventos son muy necesarios porque el acceso (a los libros) es cada vez más difícil por las circunstancias económicas que se viven a nivel global. Es una manera de acercarnos que emociona y emotiva a leer”, comentó la mujer que a su decir, generalmente lee un libro a la semana. 

Por su parte, Mireya Briseño, diseñadora gráfica acepta que sus puntos de compra literaria más habituales “son las librerías de segunda mano, pero cuando busco un libro en específico vengo al FCE. Vine por eso (por los precios) porque no los hubiera comprado, tengo otros gastos, comentaba la joven que en mano cargaba siete libros de crítica, filosofía, sociología y antropología. 

Para Gerardo Cruz, estudiante de Maestría en Letras mexicanas dijo estar conforme con los precios, “pero siguen estando caros algunos los libros, pero aprovechando los que están más baratos hay que comprar los que están desde los 10 pesos”, explico el lector y fiel seguidor de autores como José Luis Borges y Juan Rulfo. 

Pero también asistieron a la venta nocturna, aquellos lectores que buscaban simplemente “algo para leer”, como Ramón Guzmán, de profesión ingeniero. “El fin de semana salgo de vacaciones y quiero algo para leer, que preferentemente sea novela histórica, pero estoy abierto a cualquier otro género como la superación personal, psicología o arte” 

Verónica Ávalos, asistente bancaria, reflexionó: “algo importante es que dicen que el mexicano no lee, sí hay mucha gente a la cual nos gusta la lectura, y que somos los que mejoramos el promedio anual. Si fuera más accesible el precio de los libros habría más lectores. Hay mucho que leer, no solo novela o narrativa, sino ensayos y de divulgación científica”. 

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