El presidente mexicano Vicente Fox reconoció que utiliza toallas de US$ 400 cada una y cortinas eléctricas a control remoto de US$ 17.000 en su residencia oficial.
Son parte de una remodelación efectuada a las llamadas "cabañas" ubicadas en los alrededores de la residencia presidencial de Los Pinos en Ciudad de México. Fox prefirió no vivir en Los Pinos sino en una de las casas que la rodean. Un diario local Milenio dijo que el presidente gastó casi un millón de dólares en la remodelación de la casa en la que habitan él y su hija Ana Cristina. "Hoy hasta el precio de las toallas que se adquieren para la casa de ustedes (residencia presidencial), aquí, es público. Está en la internet (...) eso es transparencia", se defendió Fox. Pero para sus opositores es una "burla" en un país donde 40 de sus 100 millones de habitantes vive en la pobreza. "Me parece que esto es una burla. No sólo una burla para la figura presidencial, es una burla al pueblo de México", dijo el coordinador de bancada del Partido de la Revolución Democrática (izquierda) en Diputados, Martí Batres. La Secretaría de la Contraloría mexicana anunció que como los de toda oficina pública los gastos de la Presidencia serán sometidos a una auditoría. El asesor presidencial Carlos Rojas dijo en un comunicado que los artículos "son propiedad de la Nación y se quedarán ahí cuando termine su Administración el Presidente Vicente Fox".
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